Un colaborador de la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos, ha denunciado a la organización por sobornar a seis especialistas, con el objetivo de cambiar su opinión acerca de la creación y origen de la Covid-19 y asegurar que no provenía de Wuhan.
El Subcomité Selecto de la Cámara de Representantes sobre la Pandemia de Coronavirus y el Comité Selecto Permanente de Inteligencia, anunciaron la recepción de la denuncia en contra de la Central de Inteligencia Americana.
Según la información proporcionada, la CIA, pretendía cambiar los resultados investigativos y “ofreció incentivos económicos a seis de los expertos implicados en la investigación”, a cambio de asegurar que el virus había sido una consecuencia zoonótica.
“El denunciante, que se presenta como un oficial de alto nivel de la CIA altamente creíble, alega que, de los siete miembros asignados al equipo de la agencia, encargado de analizar los orígenes de la Covid-19, seis oficiales concluyeron que el virus probablemente se originó en un laboratorio”, mencionó el comunicado del Subcomité Parlamentario.
Discordia por el origen del virus
Por su parte, Tammy Kupperman Thorp, quien desempeña el cargo de directora de Asuntos Públicos de la CIA, aseguró que: “En la CIA estamos comprometidos con los más altos estándares de rigor analítico, integridad y objetividad. No pagamos a analistas para que lleguen a conclusiones concretas. Nos tomamos estas acusaciones muy en serio y las estamos investigando”.
Asimismo, afirmó que mantendrán informados a los miembros del comité de supervisión del Congreso.
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Después de las mutuas acusaciones por parte de China y Estados Unidos, acerca del origen del virus, Rusia intervino con un informe que evidenciaba que el país norteamericano había creado el virus de la Covid-19, que según los registros ha dejado alrededor de 7 millones de víctimas fatales.
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El jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas rusas, Ígor Kirílov, enfatizó en ese entonces que “el desarrollo de la pandemia la Covid-19 en este escenario concreto plantea interrogantes sobre su naturaleza premeditada, la implicación de Estados Unidos en el incidente, así como sobre los verdaderos objetivos de los bioprogramas estadounidenses destinados a mejorar las propiedades de patógenos peligrosos”.
