La Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó un estudio sobre las “Estimaciones mundiales acerca de la esclavitud moderna”, en cuya investigación se determinó que cincuenta millones de personas viven en estas condiciones en el mundo.
El documento, precisa que se entiende por “esclavitud moderna, cuando una persona es obligada a trabajar en condiciones infrahumanas, sin que esta pueda negarse, porque existe coerción, amenazas y abuso de poder”.
Además, el estudio hace énfasis en que los países más ricos del mundo tienen un papel significativo en la promoción de trabajos forzados, y comparten aproximadamente la mitad de la responsabilidad en esta problemática. Los países que encabezan esta lista son: India, Indonesia, Turquía y Estados Unidos, entre otros, pese a haber adquirido el compromiso de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y poner fin a la esclavitud moderna.
En comparación con las anteriores estimaciones globales de 2016 de la OIT, en 2021 se registró un aumento de diez millones de personas viviendo en condiciones de esclavitud moderna. Las mujeres y los niños continúan siendo especialmente vulnerables a esta situación desproporcionada.
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La mayor parte de los incidentes de trabajo forzoso ocurre en el sector privado, que abarcan el 86 % de los casos. Dentro del trabajo forzoso en sectores distintos de la explotación sexual comercial, representa el 63 % del total, mientras que la explotación sexual comercial forzada constituye el 23 % del trabajo forzoso en su conjunto.
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En el informe se concluye que, una de cada ocho personas involucradas en trabajos forzados son niños, lo que representa un total de 3.3 millones. Más de la mitad de estos niños se encuentran en condiciones de explotación sexual comercial.
