La crisis energética producto de las sanciones occidentales a Rusia, provocará que el costo de vida en Europa aumente el 7 por ciento en 2022 y el 9 por ciento en 2023, advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con respecto a la inflación que ataca a las economías de la Unión Europea, el organismo, también, apunta que, en los países desarrollados del viejo continente, la inflación llegará al 8,3 %; sin embargo, para 2023 predice que las tasas alcanzarían el 6,2 %.
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No obstante, los pronósticos para Europa del Este no son alentadores. El informe del FMI indica que las cifras inflacionarias incrementarán el 13,3 por ciento en 2022 y el 11,8 por ciento, para 2023.
Protestas agudizan la crisis
En Europa, el aumento de la inflación desató una ola de protestas y huelgas de cientos de ciudadanos de muchos países, quienes se tomaron las calles para reflejar el descontento por el aumento del costo de la vida producto de la crisis de los combustibles.
Los franceses salieron a las calles a exigir aumento salarial acordes a la inflación; los checos protestaron contra la gestión gubernamental de la crisis energética; los trabajadores ferroviario británicos y pilotos alemanes, reclamaron mayores sueldos, tras la exageración de los precios; mientras que, en Rumania se mostraron descontento por el elevado costo de vida.
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Según reporte de medios internacionales, los europeos han visto cómo las facturas energéticas y el precio de los alimentos se disparan cada día, a pesar que «los gobiernos han destinado la nada despreciable cantidad de 576.000 millones de euros (más de 566.000 millones de dólares) a ayudas energéticas para hogares y empresas desde septiembre de 2021».
De acuerdo con el Centro Bruegel, de Bruselas, con el propósito de «combatir el aumento de los precios de la energía, muchos países han optado por reducir los impuestos sobre la gasolina y el diésel», pero las medidas para frenar el problema no son suficientes, para mejorar las condiciones de la ciudadanía europea.
Al mismo tiempo, los expertos explican que, de seguir el apoyo a Ucrania por parte de los gobernantes europeos, con el envío de armamento y de continuar con las sanciones a Rusia, la amenaza seguiría elevando el costo de vida en los hogares de Europa.