Israel ejecuta tácticas de hambre y sed como métodos de guerra en la Franja de Gaza, lo que conlleva la privación intencionada de alimentos y agua a los civiles palestinos para que mueran.
«Israel lleva más de dos meses privando al pueblo de Gaza de alimentos y agua; esta es una política alentada o apoyada por altos funcionarios israelíes y refleja la intención de matar de hambre a los civiles como método de guerra», declaró Omar Shakir, director de Human Rights Watch.
Asimismo, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas informó que el 93 % de los hogares de desplazados internos en Gaza tienen un consumo inadecuado de alimentos, mientras que el acceso al agua sigue siendo muy limitado: menos de 2 litros por persona a diario, cuando se estima que se necesitan 17 para sobrevivir.
Crimen de Guerra
La organización HRW recordó que el derecho internacional humanitario prohíbe específicamente privar intencionalmente a los civiles de elementos vitales para su supervivencia, incluida la obstaculización deliberada de los suministros de socorro, considerándolo un crimen de guerra.
Desde el inicio de las hostilidades, los ataques de Israel han resultado en más de 19,000 muertos y 51,000 heridos, mayoritariamente mujeres y niños, en la Franja. Asimismo, ha provocado el desplazamiento de 1.9 millones de palestinos.
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La situación es crítica: el 85 % de la población en Gaza sobrevive en condiciones precarias, en carpas durante el invierno, enfrentando una profunda crisis humanitaria por la falta de suministros médicos, la propagación de enfermedades y la escasez de agua potable, alimentos, electricidad y combustible.
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Recientemente, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que insta a un cese al fuego en la Franja de Gaza, evidenciando un amplio respaldo global para poner fin a la agresión israelí contra Palestina.
