La Unión Europea está enfrentando una serie de desafíos internos y externos que están poniendo a prueba su cohesión y su capacidad de acción.

En medio de divisiones internas provocadas por presiones sociales y opiniones divergentes sobre conflictos internacionales, se han vuelto cada vez más evidentes las fricciones dentro del bloque.

Esto se evidenció recientemente con las protestas de agricultores que paralizaron parte de Bruselas, mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, intenta justificar y generar temor en la población.