En su pronunciamiento, tras los atentados terroristas en la sala de conciertos del Crocus City Hall, en Moscú, donde se han registrado más de cien personas asesinadas, el mandatario de Rusia, Vladímir Putin, declaró luto nacional y aseguró que los autores del crimen recibirán su inevitable y justo castigo.
“Todos los autores, organizadores y los que ordenaron este crimen recibirán su justo e inevitable castigo». «Sean quienes sean, quienquiera que los haya mandado. Repito: identificaremos y castigaremos a cada uno de los que están detrás de los terroristas y que prepararon esta atrocidad, este golpe contra Rusia y nuestro pueblo”, sentenció Putin.
Además, el líder ruso enfatizó: “Terroristas, asesinos, subhumanos, que no tienen nacionalidad ni pueden tenerla, se enfrentarán a un destino nada envidiable: la venganza y el olvido”.
Putin manifestó que se prestará “la ayuda necesaria a todas las familias cuyas vidas se han visto afectadas por esta terrible catástrofe y a los heridos”. “Expreso mi profundo y sincero pésame a todos los que han perdido a sus familiares y seres queridos. Junto con ustedes, todo el país, todo nuestro pueblo está de duelo. Declaro el 24 de marzo día de luto nacional”, expresó el presidente.
Criminales intentaron huir hacia Ucrania
Recordó que 11 personas, entre ellas los 4 autores del atentado, fueron apresados. Al respecto, detalló que “estos criminales intentaron huir y se dirigían a Ucrania, donde, se les había preparado una ventana en el lado ucraniano, para cruzar la frontera estatal”.
A su vez, Putin agradeció a los bomberos, médicos y socorristas por ayudar a las víctimas, y por hacer “todo lo posible por salvar vidas, para sacar a la gente del fuego, del epicentro del incendio y el humo”.
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En este sentido, Putin aseguró que “es evidente que se enfrentan no solo a un atentado terrorista planeado cuidadosa y cínicamente, sino a un preparado y organizado asesinato en masa contra personas pacíficas e indefensas”.
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El líder del país euroasiático, enfatizó en que estos criminales llegaron a matar “a sangre fría y deliberadamente”, disparando a quemarropa contra ciudadanos, incluidos niños. El mandatario, comparó a los agresores con nazis, y aseguró que estos querían perpetrar una ejecución de espectáculo, “un acto sangriento de intimidación”.
