El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, denunció públicamente un intento de golpe de Estado en su contra, diseñado con el propósito de obstaculizar que asuma el poder.
En sus declaraciones, Arévalo expresó con determinación: «Existe un grupo de políticos y funcionarios corruptos que se niegan a aceptar este resultado y han puesto en marcha un plan para romper el orden constitucional y violentar la democracia».
Además, añadió que «Estamos viendo un golpe de Estado en curso en el que el aparato de justicia está siendo usado para violar a la justicia misma, burlando la voluntad popular expresada libremente».
Bernardo Arévalo emergió como ganador de las elecciones presidenciales de Guatemala el 20 de agosto al liderar el Movimiento Semilla, un partido progresista que está siendo investigado por la Fiscalía por presuntas irregularidades relacionadas con la obtención de firmas para su registro como partido político.
Arévalo señala a políticos corruptos como instigadores del golpe
El presidente electo señaló directamente a la fiscal general, Consuelo Porras, así como a otros miembros del sistema judicial y a la Junta Directiva del Congreso. Esta última, reconfiguró la bancada del Movimiento Semilla como un grupo independiente en el Legislativo, lo que limita su capacidad para liderar comisiones y participar en la formulación de la agenda legislativa.
Arévalo manifestó que estas acciones constituyen un «golpe de Estado promovido desde las instituciones que deberían garantizar la justicia de nuestro país». Hizo un llamado a la unidad para enfrentar las fuerzas que buscan mantener al país sumido en la corrupción, la impunidad y la pobreza, y para defender el derecho al voto.
Arévalo se prepara para liderar Guatemala
Bernardo Arévalo, cuya propuesta progresista ganó las elecciones en Guatemala en décadas, está programado para asumir la presidencia el 14 de enero de 2024. A pesar de la negativa de Sandra Torres de reconocer los resultados electorales, el presidente actual, Alejandro Giammattei, felicitó a Arévalo y comenzará a trabajar con él en la transición de poder.
Este episodio se desarrolló en un contexto de controversia electoral en el que, por motivos técnicos, se prohibió la participación de varios candidatos con posiciones alejadas del oficialismo conservador.
La Corte de Constitucionalidad (CC) ordenó que los resultados de la primera vuelta no se oficializaran hasta un nuevo escrutinio de las actas.
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La suspensión temporal del Movimiento Semilla por presuntas irregularidades en la obtención de firmas, anunciada por el jefe de la Fiscalía Especial contra la Impunidad, Rafael Curruchiche, fue catalogada por Arévalo como un «golpe de Estado técnico».
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Sin embargo, la CC revocó la decisión al considerar que ningún partido político puede ser cancelado durante un proceso electoral, permitiendo así la participación del candidato en la segunda vuelta, en la que ganó de manera convincente.
