El Gobierno japonés ha emitido su preocupación sobre la evolución demográfica del país del sol naciente. Según datos oficiales, más del 10 % de la población japonesa supera los ochenta años, lo que refleja un envejecimiento acelerado que representaría una grave crisis del funcionamiento de la sociedad nipona.
Hasta el 15 de septiembre, Japón contaba con una población de aproximadamente 12 millones de personas que tenían 80 años o más, según el Instituto Nacional de Investigación sobre Población y Seguridad Social de Japón. Esta cifra es motivo de preocupación, ya que proyecta que para el año 2040, los ciudadanos mayores de 65 años representarán un 34,8 % de la población total.
Japón con la menor tasa de nacimientos en el mundo
Adicionalmente, se registra un aumento del 0,1 % interanual en la población de Japón que tiene 65 años o más, lo que equivale al 29,1 % de la población actual. El país acaba de romper su propio récord de centenarios, con más de 92 mil habitantes que superan los cien años de edad. Este marcado aumento en la longevidad de la población se atribuye en gran medida al desarrollo de tecnologías y tratamientos médicos.
En este contexto, el país asiático, también se enfrenta a la menor tasa de nacimientos del Planeta, lo que ha abonado en gran medida a que se convirtiera en la nación más longeva del hemisferio.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, declaró que el país se encuentra al borde de saber si es posible continuar funcionando como sociedad. “Centrar la atención en las políticas relativas a los niños y la crianza de los hijos es una cuestión que no puede esperar ni posponerse”, enfatizó.
Puedes leer: DxGPT, la inteligencia artificial que detectará “enfermedades raras”
El caso más notable de longevidad, en la actualidad, es el de Fusa Tatsumi, de 116 años, quien actualmente ostenta el título de la persona más anciana de Japón y reside en la prefectura de Osaka, en el oeste del país.
Te puede interesar: ¿Qué sabemos de los Extraterrestres?
Esta creciente tendencia demográfica plantea desafíos significativos para el futuro de Japón, y el Gobierno asegura estar trabajando en políticas y estrategias para abordar los efectos socioeconómicos de este envejecimiento poblacional.
