La crisis energética que atraviesa Europa, ha provocado que Alemania retorne al uso del carbón, una alternativa de combustible “sucio” con la que se busca superar la falta de Gas Natural Licuado (GNL), luego que las sanciones impuestas por el viejo continente a Rusia, incrementaran el precio del hidrocarburo.
Ante el inminente decremento en las reservas de suministros de GNL, muchas de las plantas de carbón que dejaron de funcionar hace mucho tiempo, volvieron al mercado energético en Europa durante este año.
De acuerdo a la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), el consumo del carbón en el mundo tuvo un incremento significativo, hasta alcanzar un récord en más de 8 mil millones de toneladas utilizadas durante este año, teniendo a Alemania como el principal protagonista con un aumento del 19 % en comparación con el 2021.
Al menos un tercio (36.3 %) de la electricidad en Alemania, durante el período entre julio y septiembre, provino de centrales de carbón, en comparación con el 31,9 % en el tercer trimestre de 2021, detalló la oficina de estadísticas alemana Destatis.
El país europeo, tenía planeado eliminar de manera gradual las centrales eléctricas de carbón, en busca de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero sus planes tuvieron que cambiar ante la crisis energética que sufre Europa, tomando como alternativa, la activación de centrales de carbón suspendidas y prolongar otras que ya se encontraban abiertas, pero que tenían plazos de cierre.
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Al respecto, la IEA, pronostica que el uso de carbón, a nivel mundial, establecerá un aumento del 1.2 % en este año, y se mantendrá en con esa estabilidad hasta 2025, lo que significaría que el carbón seguiría siendo por mucho, la mayor fuente de emisiones de dióxido de carbono del sistema energético mundial.
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El mayor aumento en la demanda de carbón se produciría en India con un 7 %, seguida de la Unión Europea con un 6 % y China con un 0,4 %.
